Thomas Messerschmidt (57), de Berlín, se pasó la vida trabajando como un esclavo en las obras de la capital... hasta que llegó un momento en que ya nada funcionaba. "Me rompí un tendón al coger un frigorífico", dice este carpintero cualificado. "Irreparable".
Con sólo 40 años, Messerschmidt ya notaba los primeros signos de desgaste. El hecho de que el empresario individual siga transportando, perforando, atornillando y martilleando ahora, con casi 60 años y un hombro maltrecho, es gracias a su "exoesqueleto".
El esqueleto muscular artificial está disponible en tallas de la XS a la XXL, pesa 2,5 kilos y se coloca donde fallan los huesos del propio cuerpo. Los fabricantes de automóviles alemanes llevan tiempo colocándoselo a sus empleados en la cadena de montaje como medida preventiva, y ahora también conquista las obras de construcción. Precio: ¡alrededor de 1800 euros!
Max Merker, ingeniero del desarrollador de exoesqueletos Ottobock: "Los exoesqueletos son una prolongación natural del cuerpo. Los depósitos de energía del sistema se cargan con el peso de los brazos y vuelven a liberarse al trabajar con los brazos levantados. Las fuerzas que se producen se transfieren a la cadera a través de las carcasas de los brazos con la ayuda de una tecnología de cables mecánicos."
Cuando se lo pone, los brazos vuelan sobre su cabeza tan ligeros como una pluma, igual que un superhéroe. Un empleado del fabricante de herramientas "Hilti" llevó a Messerschmidt el exoesqueleto a la obra para que pudiera probarlo. Desde entonces trabaja con él todos los días.
Fuente: Artesanía: Alta tecnología para superhéroes | Regional | BILD.de