"Muchos desarrolladores norteamericanos de exoesqueletos deben sus comienzos a la inversión del Departamento de Defensa de Estados Unidos (DoD). Sin embargo, no se están utilizando exoesqueletos militares ni robots vestibles para ninguna aplicación. Esto se debe en parte a la dificultad de navegar por la burocracia de la Marina y el Ejército estadounidenses. Hope Hodge Seck ha publicado un excelente artículo en Politico titulado: "The decades-long search for a modern target practice device shines a spotlight on the broken world of military procurement...".
El artículo de Politico no trata de los exoesqueletos, pero describe vívidamente cómo las tecnologías reconocidas y validadas siguen sin ser utilizadas por el ejército en la actualidad. Los puntos principales que se aplican a los exoesqueletos son:
No basta con probar con éxito la tecnología, también hay que hacer frente a mucha burocracia. Esto incluye presupuestos, pruebas, evaluaciones, documentos de requisitos, un programa de registros, etc.
También debe haber patrocinadores que promuevan la adquisición de la tecnología desde dentro.
El artículo de Politico es una lectura fantástica y muy recomendable para cualquiera que se pregunte por lo que pasan los exoesqueletos militares. También destaca dos hallazgos importantes:
El coste de los exoesqueletos no es la principal barrera para su adopción (el artículo de Politico analiza los robots con ruedas, que son mucho más caros).
La introducción de los exoesqueletos en el Ministerio de Defensa requerirá ayuda profesional. Puede tratarse de profesionales experimentados y/o de organizaciones que trabajen en la difusión de la tecnología de los exoesqueletos.
Será un esfuerzo conjunto. La tecnología de los exoesqueletos tiene que demostrar su valía en su totalidad antes de que los fabricantes individuales puedan competir. En esta fase, menospreciar a un proveedor sólo perjudicará a todos los desarrolladores de exoesqueletos".
Puede encontrar el informe completo en el original en:
Robots, marines y la última batalla contra la burocracia - POLITICO
